domingo, 26 de febrero de 2012

RISOTTO AL VINO TINTO





Los arroces en todas sus formas son de mis platos preferidos y, entre ellos, los risotti. Este es muy sencillo, exquisito y ligero, además de muy bonito. Es ideal para preparar al día siguiente de una buena cena con los amigos de la que haya sobrado un poco más de media botella de un buen vino tinto estilo Ribera de Duero o Toro, vinos con cuerpo y color intenso. Nadie ha dicho jamás que el vino para risotti tenga que ser en exclusiva blanco.
La receta completa con ingredientes, cantidades y explicaciones está en esta dirección de mi web:
http://www.rosatovar.net/receta_detalle.php?receta_id=722&colname_rs_recetas=1

Aquí voy a detallar el proceso paso a paso con fotos de cómo hacer este arroz. Es un proceso muy parecido a cualquier otro risotto.



Los ingredientes para hacer el plato. Bueno, falta el caldo de verduras, que estaba cociendo mientras picaba las verduras del arroz y hacía las fotos.












Salpimienta las verduras y las sofríes a fuego mediano, removiendo de vez en vez .....











..... hasta que estén lacias, un poco chafadas, no cocidas del todo.











Es el momento de que las saques, las reserves cerca del calor y sofrías la cebolla ....










.... y luego el arroz.












Siempre sobre el fuego vivo comienza a verter encima el vino, trago a trago, pero espera a que se consuma el primero para añadir el siguiente,













para continuar con el caldo cucharón a cucharón cuando se te haya acabado el vino y el arroz tenga un color vistoso y bonito. No añadas otro cucharón de caldo hasta que no se haya consumido el anterior. Comienza a bajar el fuego un poco.










Sin retirar nunca del calor, vuelve a introducir las verduras sofritas en la cazuela del risotto. Con el tiempo que estarán en la cazuela quedarán un poco crujientes, no crudas. Sigue bajando el fuego de vez en cuando.








Continua añadiendo caldo hasta que el arroz esté en su punto, jugoso, cocido pero con corazón. ¡Cuidado!. No lo dejes crudo. Que tenga corazón no quiere decir que esté tan duro como una piedra, que no se pueda masticar, como en ocasiones se sirven los risotti. Pero cuida que no se pase y se abra el grano. Tienes que buscar el justo medio, es cuestión de experiencia. Apaga el fuego, añade lo que te quede de aceite  y ralla queso por encima, como 1-2 cucharadas. Remueve, siempre con espátula de madera para no romper el grano. De este modo mantecarás el arroz para que te quede cremoso.


 Sirve de inmediato con unas lascas de queso ¡¡No lo dejes esperando!!. Lo suyo es que lo acompañes con otra botella del mismo vino que te ha servido para cocinarlo. 




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